martes, 8 de septiembre de 2009

Todos queremos seguir jugando


Dorfles, mencionando también a Hermann Boch y Ludwig Giesz habla sobre el “hombre-Kitsch” el cual lo define como aquel que desconociendo el arte antiguo y moderno valora exclusivamente las cualidades lúdicas y agradables de un objeto.Y poder valorar lo lúdico y agradable es saber estar en contacto directo con la felicidad inmediata.
En el Centro Pompidou de Paris hay una boutique que vende cosas ludicas , como unos alambres con un motorcito a cuerda que si le das cuerda saltan sobre si mismos como un objeto loco . No sirve para nada , no es lindo ...y la gente no lo compra porque no es barato ( sale 30 euros). Mi compañero me dijo " eso sirve solo para enloquecer a un gato" . Pero todo el mudno tocaba a esos obejtos y jugaban largo rato con ellos. Y te vas queriendo llevarte uno . Un objeto cuyo unico valor es ludico : le da cuerda y salta como una langosta loca. Estamos mucho más dispuestos a jugar de lo que creemos.

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