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EL PADRE DE LA ARQUITECTURA ORGÁNICA
Frank Lloyd Wright nació en Wisconsin en 1867, donde estudió ingeniería civil , para instalarse veinte años después a vivir de su estudio de arquitectura en Chicago. Paradójicamente, fue en esa jungla de cemento que es la ciudad donde Wright concibió la idea de la arquitectura orgánica, que fue el sello personal que caracterizó sus obras. Vivió convencido de que la construcción de casas debía adaptarse sí o sí al entorno natural que las rodeara , sin afectarlo . Rechazó sistemáticamente al neoclasicismo y al estilo victoriano que era moda en su época, insistiendo con la idea de que la forma de cada edificio debía estar vinculada a su función , su entorno y su destino final, priorizando hace cien años atrás un estilo de espacios libres y aireados que recién en este siglo se impusieron con el concepto de “lofts”. Este dominio de la planta libre se evidenció especialmente en sus “prairie houses”, o casas de la pradera , con enormes espacios que fluyen de una ambiente a otro, que se aprecian en ejemplos como la Martin House de Buffalo, New York, que data de 1904 y la Coonley House en Riverside , Illinois, de 1908 . Como todo pionero con ideas de avanzada, Wright fue burlado y despreciado durante su carrera: Estaba demasiado adelantado a su tiempo. Fue el primero en usar bloques de hormigón prefabricados, luz indirecta, muebles de metal y puertas de vidrio entero, aire acondicionado y calefacción. nadie entendió semejante sofisticación en la época en que se llamaba vivienda a todo lo que tuviera techo, ventanas y chimenea. Angustiado por la incomprensión de sus pares, se autoexilió en Europa de 1909 a 1910 . Pero jamás paró de investigar y proyectar conceptos arquitectónicos de vanguardia . Escribió libros donde volcó todas sus buenas razones de combinar vivienda con naturaleza y sembró los Estados Unidos de edificios emblemáticos, entre los que se encuentran la First Unitarian Church en Madison, Wisconsin, la Millard House en Pasadena , el blanco edificio helicoidal del Museo Solomon Guggenheim de Nueva York y el sistema antisísmico para el Hotel Imperial de Tokio, que fue uno de los pocos que resistió el terrible terremoto de 1923, y otros cuantos sismos posteriores.
Su casa mas famosa quizas es Fallingwater, la de la foto, en Pennsilvania.
La geografía de esta región se distingue por llanuras junto a los Grandes Lagos al norte y onduladas colinas cubiertas de bosques al sur. Nogales, fresnos y abedules están copiosamente regados por ríos y arroyos bautizados por los indios algonquinos e iroqueses con nombres telúricos como Monongahela o Allegheny. Otros nombres de ríos indios fueron traducidos al inglés y así, uno de ellos - Bear Run o " Corrida del oso" - es el nombre de uno de los tantos cursos de agua cristalina que bajan de los cerros serpenteando entre los bosques y deshaciéndose cada tanto en cascadas de hasta seis metros de altura . A lo largo de sus 6 kilómetros se suceden , una tras otra , cascadas que llenan el bosque con un rugido acuático. Antes de precipitarse a las aguas del río Youghiogheny después de bajar desde unos 300 metros de altura, el río Bear Run penetra mágicamente dentro de una casa que parece producto de una alucinación , y que fue construida por el famoso arquitecto Frank Lloyd Wright a pedido de la familia Kaufmann .
Hacia 1934, el arquitecto parecía encontrarse en el crepúsculo de su larga y productiva carrera. En junio había cumplido 67 años. Luego de atravesar el duro período de la depresión de los ‘30, Wright empleaba más tiempo en escribir libros sobre sus conceptos acerca de la arquitectura orgánica que en dedicarse a construir . Por esa época se había establecido en Taliesin, donde había construido un admirable complejo de casa- estudio - escuela en el que dictaban seminarios para personas interesadas en la combinación entre arquietectura y naturaleza . Allí , grupos de hasta 40 alumnos desarrollaban diversas actividades a modo de pago por el aprendizaje que, según Wright , contribuían a que entendieran lo que era convivir con el entorno natural . Por eso en Taliesin siempre había alumnos cultivando la huerta, hachando leña, trabajando en la carpintería, haciendo cerámica o esculpiendo .Uno de los asistentes a los talleres era un joven de apellido Kaufmann. Los abuelos del joven eran inmigrantes que habían crecido de simples sastres a propietarios de una gran tienda que aún perdura en Pittsburg, aunque ya no pertenece a la familia. Edgar Kauffmann, padre del joven , había amasado una gran fortuna con la que compró una gran extensión de tierra a unos 100 kilómetros de Pittsburg . Con su esposa Lilian Sarah planaeaba construir allí una residencia de fin de semana. A través de su hijo los Kaufmann se relacionaron con el arquitecto Wright, a quien le encargaron el diseño de una casa que estuviera en total armonía con el ambiente.
Wright realizó un detalladísimo estudio del lugar, hasta el punto de dibujar obsesivamente en los planos a cada uno de los árboles que tuvieran troncos de más de 12 centímetros de diámetro. El arquitecto decidió que los cimientos de la casa estarían sobre un recodo de piedras en el que el arroyo saltaba en forma de cascada. La casa tendría un gran living room, un dormitorio principal, uno para el hijo, uno de huéspedes, habitaciones de servicio y casa de huéspedes. Cuando los planos estuvieron listos, Kaufmann los sometió al estudio de una comisión de ingenieros que desaconsejó la construcción diciendo que el lugar era muy peligroso para la estabilidad de la casa. Al enterarse de esto, Wright reclamó ofendido a los Kaufmann la devolución de los planos, considerando que no eran merecedores de la casa. Los Kaufmann cambiaron de parecer y, convencidos por la determinación que demostraba Wright, decidieron construir finalmente la casa.
Nadie podía creer que esta pudiera soportar el constante embate de las aguas del río Bear Run. Pero lo hizo. La bellísima casa se inauguró en 1937 y a la muerte de Egar y Lilian Kaufmann, su hijo la donó para que sirviera de ejemplo y de museo abierto al público, de modo que todos los visitantes pudieran convencerse de que una total armonía entre arquitectura moderna y naturaleza en estado salvaje es posible.
Quita el ambiente ir caminando por el bosque y toparse de pronto con esa mole enorme cosntruida con bloques de hormigon que imitan magníficamente la disposición espacial y hasta el color atrena de los peñascos enormes por donde se vuelca el río Bear Run . Con todo su aspecto fastuoso y elegante, la casa de Fallingwater parece en realidad algo que la montaña misma construyó por obra de la naturaleza , para que no le estropearan el paisaje circundante. Los voladizos de los techos apuntan en todos sentidos, igual que las piedras del lecho del río , y las columnas de ladrillo rojizo tienen el mismo ancho y se dirigen hacia arriba, como si alguno de los troncos de árbol que Wright respetó tanto al hacer la construcción , hubiera preferido acercarse hasta la maravillosa casa y quedarse sumergido en su cemento.
Aquí nunca se sabe si la casa se luce más de afuera o de adentro. Afuera, es un elemento sorprendente insertado en el bosque con tal maestría como si hubiera existido desde siempre ahí. Desde adentro, uno siente que el bosque entra por todos sus ventanales : el paisaje es increíble . La música ambiental de la casa es el rumor del agua corriendo cerro abajo, el trino de los pájaros y el silbido del viento entre las ramas de hayas y pinos. El aire acondicionado lo da la frescura del manantial y la brisa de los cerros . El toque de color se lo da el verdor de la primavera y el estallidos de cobres y dorados con que irrumpe el otoño a través de las enormes ventanas dobles de vidrio.
Fallingwater es la casa que todos querríamos tener y en la que uno desearía quedarse para siempre . Es una lástima que en el mundo no aparezcan más seguido arquitectos tan testarudos, locos y visionarios como lo fue Frank Lloyd Wright , un hombre que , aún siendo un habitante urbano, fue un eterno nostálgico de la naturaleza .
Frank Lloyd Wright se puso akl final de la decada del ç50 hacer cobnstrucciones cada vez mas libres , siguiendo sus canones de los que estaba convencido. Por supuesto, todo esto resulto tan chocante que se le llamo " arquitectura kitsch".
Lejos de amilanarse, el produjo algunos de los más controversiales edificios de su carrera, rechazando la liena recta y llenando el proyecto de curvas y el círculo como módulo de diseño. Un caso notable es el edificio para el Ayuntamiento de Marine, en California, donde las curvas son llevadas al extremo, dando un aspecto aun hoy tan futurista que alli fueron filmadas varias pelikculas de cicjecnia ficcion , entre ellas " Gattacka". El aspecto general parece una plato volador escondido entre dos colinas. NO se aprecia adonde llega uno hasta que esta adentro .
La propuesta de inserción en el paisaje de colinas, dista mucho de las impecables realizaciones Wright en las praderas de Wisconsin. A etapa final de su carrera, se la conoce como de "Fantasía kitsch", porque tuvo la osadia de salirse de los grande bloques macizos rectangulares que caracterizaron su etapa anterior, para metrese en volumenes combados encastrados en el paisaje. hay que ser mago para adivinar que aqui hay una obra arquitectonica del año 3000:
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Entrar al Marine Civic Culture Center implica extrañarse, abrir la boca, mirar a todos lados, sentir que nos sacuden los sentidos, meterse en un paisaje extraño, y darse cuenta de que se trata de una pieza unica y que no hay nada parecido.
¿Acaso todo lo kitsch no es asi?
Antoni Gaudi entonces es el padre de la arquitectura kitsch. Su arquitectura no se parece a nada , para colmo te marea .
Gaudi supo tener una inventiva total para idear nuevos modos de construir .
Por ejemplo, el mismo hacia maquetas con hilos y bolsas con pesas para probar la resistencia de la estructura total: un sistema que no se usa en ninguna facultad de arquitectura. Con este sistema supo saber que podia construiir sin que se le viniera todo abajo .
Antoni Gaudi con su arquitectura catalana , el Parque Guell , la Sagrada Familia , la Casa Mila , la Casa Batllo...que no son piezas bellas , sino extrañas y escalofriantes . Pero a el no lo trataron de kitsch: lo trataron de loco.
Pero siempre se les dice locos a los genios .
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